Menuda exclusiva!

Cautivo y desarmado el ejército rojo... Las fallas han terminado. Y creo que debo añadir: "Por fin".

Hace unos días prometí colgar una foto de las fallas. Aquí está. Pero no me he conformado con la típica imagen de un precioso monumento, ni con los coloristas fuegos artificiales, ni con los multitudinarios conciertos, ni con la Reina y su pañuelo en el cuello... No. Tenía que mostrarles la auténtica protagonista: La plaza cortada. Bueno, una de ellas. Una de esas plazas, calles, callejones, paseos o avenidas que durante una semana se convierten en aunténticas ratoneras.

Imagino que los turistas estarán encantados. Para ellos es una maravilla, claro. Pero para los que vivimos aquí, si encima nos toca trabajar, estos días se convierten en un verdadero suplicio. Yo decidí aparcar el coche lejos de la ciudad y utilizar el transporte público. Varias veces tuve que recurrir a los taxis y daba mucha pena ver a esos conductores humillados, nerviosos, crispados... Y deseando que llegara el fin de las fallas. Mala cosa es aquella que genera tanta tensión.

En fin. Volviendo a la imagen del post, como sabrán toda foto tiene truco. En esta ocasión la mentirijilla es que, con garaje o sin garaje, la famosa plaza era imposible de cruzar. Iluso lector! A más de uno le tocó dar marcha atrás entre una multitud de falleros ebrios y pirotécnicos de pacotilla.

La investigación continua. Próximamente les presentaré otro protagonista en la sombra. Como diría Aznar con su exquisito inglés: "Estamos trabajando en ello exactamente...". Así son las fallas y así se las hemos contado. Buenas noches.