sábado, abril 28, 2007

Para aprender, viajar (o comprar una parabólica)

Coger la maleta y salir de casa es un ejercicio muy sano. Ha querido la casualidad que mi huida haya sido a una Francia en plenas elecciones. He comprobado que allí se debate con libertad. Incluso se habla de política con argumentos!

Visto desde aquí puede parecer imposible, pero no lo es. En Francia hay partidarios de unos y de otros, hay diferencias y hay discusiones acaloradas... Pero nadie atemoriza a la población con visiones apocalípticas. El resultado es que la gente se interesa y participa: Más del 83% de la población votó en las primarias. Igualito que aquí, verdad?

Seguramente nuestros políticos no quieren que la gente se involucre. Les interesa mucho más recuperar el poder o permanecer en él... Y si para ello tienen que acudir a los instintos más primarios y ningunearnos de cualquier manera, pues adelante! Es el modelo de los Estados Unidos, donde más de la mitad de la población pasa olímpicamente de política.

Los medios de comunicación tienen mucho que ver en todo esto. En norteamérica se dedican a atemorizar, en Francia muestran una sociedad sosegada y dialogante. Antes de las elecciones ya habían demostrado que se puede dar voz a los candidatos, se puede hablar con ellos. Buena muestra es el famoso "Tengo una pregunta para usted..." que tanto éxito ha alcanzado también en España.

Lástima que sólo TVE haya seguido el ejemplo. Estaría bien algo parecido en mi televisión. Pero mientras algo se mueve ahí fuera, en Canal 9 y Punt 2 la cosa va a peor. Se acercan las elecciones y hay que tenerlo todo controlado. La Unió de Periodistes acaba de condenar diversos casos de "censura y vetos" en la televisión pública valenciana.

http://www.unioperiodistes.org/web/ampliar1.php?id=844&idelem=54

Si a esto le sumamos el cierre de la emisiones de TV3 en la Comunidad Valenciana y los esfuerzos del PP prohibir la difusión de la campaña Ja en tenim prou, comprobaremos que hay mucho miedo al debate.

http://jaentenimprou.org/

Bien haríamos en abrir los ojos y las orejas. Bien haríamos en escuchar y confrontar ideas. A lo mejor descubriríamos que los demás también tienen argumentos válidos.